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Don Mariano Vergara y Pérez de Aranda

Mucho se ha de escribir aún sobre este benemérito hijo de Murcia, sopesados que sean sus servicios sociales y filantrópicos a ella. Mucho más que una calle merece.

Se sabe nació en la ciudad del Segura el 30 de Julio de 1833, en la casa número 5 de la antigua calle de la Puerta de Orihuela. Fueron sus padres D. Victor Vergara y Doña María Teresa Pérez Aranda. Casó con Josefa Calderón y Montalvo, hija de Fernando Calderón y Collante, I marqués de Reinosa. Sin descendientes. Por Real Decreto de 28 de junio de 1897 fue autorizado a designar sucesor, pero al carecer de descendientes, designó como sucesor en 1905 a su esposa.

Al estudio y al bienestar del necesitado consagró su vida entera, como quiere el Evangelio.

He aquí, siguiendo a D. Ramón Blanco (1), algunas manifestaciones de su extrema misericordia:

• “Instituyó comedores de caridad en los poblados de Churra, Cabezo de Torres, y Avileses, y a sus expensas faciñitaba médico y medicinas a sus colores.
• En Madrid fundó la institución denominada “Cuna de Jesús” llegando a reunir allá hasta siete asilos de esta índole.
• Su fortuna, en fincas que radicaban en la provincia de Murcia, la legó al mejoramiento, en todos los órdenes, de esta ciudad y su provincia. Dicha disposición fue cumplimentada por su esposa, la Excelentísima Señora Doña Josefa Calderón y Montalvo, con la ayuda de personas indentificadas en el mismo pensamiento.
• Comenzó por el arreglo de las Salas de medicina del Hospital de San Juan de Dios, que quedaron admirablemente, haciéndose a continuación la sala que se denomina “del Marqués de Aledo”, para enfermos graves.
• Después en el Manicomio provincial, se edificó de planta un pabellón para recluir a los enfermos más excitados y furiosos, que lleva el nombre de “Aledo”.
• Donó, para la enfermería de este establecimiento, 26 camas completas y un botiquín.
• Igualmente, se instaló el cuarto de baño y el pozo artesiano, con motor eléctrico y bomba, para elevar el agua a los depósitos y surtir con ella todas las necesidades.
• Para la antigua enfermería de la Cárcel, seis camas completas con menaje.
• Para el sanatorio de Espuña, 5.000 pesetas.
• Para el Hospital de Jumilla, catorce camas e instalación de la Sala de Operaciones.
• Las obras del Hospital e Mula, al morir la Sra. Marquesa de Aledo el 5 de febrero de 1918, fueron suspendidas hasta conocer sus disposiciones. Sus albaceas a los pocos meses las reanudaron, legando a dicha población un Hospital con todo el menaje correspondiente; el de Alcantarilla ha sido construido de planta.
• En los Hospitales de Moratalla, Caravaca, Cehegín, Bullas, Cieza, La Unión, Águilas, Lorca, Totana, y Alhama, se han hecho reformas importantísimas, lo mismo que en la Casa de Misericordia de Murcia, en que se ha construido una enfermería para mujeres, con camas y enseres.
• En el Hospital de San Juan de Dios de esta ciudad es donde Los Marqueses de Aledo han gastado una fortuna. […] En todas estas obras, que tanto bien proporcionan a los pobres, se ha empleado toda la fortuna de D. Mariano Vergara, que aproximadamente ascendía a un millón de pesetas.
¡Bendita la caridad y benditos los hombres que saben ejercerla!”

El desaparecido Hospital de San Juan de Dios

Para completar, en lo posible, esta semblanza biográfica acudiremos ahora a la “Pasionaria Murciana…” de Díaz Casou, (2) porque siga admirando el lector el teatro diverso de actividades de D. Mariano Vergara.

Allí se dice a la letra lo siguiente:

“segundo paso.- La Oración del Huerto.
Mayordomo… D. Mariano Vergara.
Estante mayor… D. José Zamora.

Va sobre dorado trono, hecho en 1893 por el hábil tallista murciano D. Antonio López Chacón, quien supo realizar la idea del espléndido mayordomo (3). Cifróla éste en que el trono no distraiga del paso, sino que a ser posible lo realce: y desde luego, las magnificencias de la peana no impidan ver detalle alguno de las esculturas. Este cuidado de que lo accesorio no “mate” lo principal, demostraría por sí solo, el sentido artístico y el gusto selecto de D. Mariano Vergara, si ambas cosas no estuvieran demostradas.

Es este paso, “la perla de Salzillo”. El modesto escultor decía que él no se acordaba de haberlo dibujado, y lo atribuía a favor e inspiración de lo alto: la imaginación popular hizo sobre ello una leyenda…”

D. Mariano Vergara, solicitó su ingreso en la Real y Muy Ilustre Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno el 1 de abril de 1885, y quedó nombrado por la Junta Particular de la misma el 18 de febrero de 1887, Camarero del Paso de La Oración del Huerto.

En este mismo contexto sacro y espiritual puede añadirse desde luego que el Marqués regaló un trono procesional de plata a la Patrona de Murcia la Virgen de la Fuensanta.

Entre las distinciones y agasajos que recibió, añadamos que fue Académico Correspondiente de la Real  Academia de la Historia; recibió en 1879 la Gran Cruz de Isabel la Católica; en 1896 fue designado Senador por Murcia, y por Real Despacho de fecha 3 de mayo de 1897 su Majestad la Reina Regente Doña Marina Cristina le concede el título de Marqués de Aledo.

D. Mariano Vergara falleció en Murcia el 12 de mayo de 1912.


NOTAS:
(1) RAMÓN BLANCO Y ROJO DE IBÁÑEZ:  “Murcia. Recopilación de datos históricos y bibliográficos, efemérides, fotograbados y notas curiosas, comprendiendo desde la fundación de Murcia hasta nuestros días”.
Prólogo de D. Narciso Díaz de Escovar. Murcia, Tipografía de “Levante Agrario”, 1024, Efemérides de 19 de Marzo de 1897, sin paginación.

(2) “Pasionaria Murciana. La cuaresma y la Semana Santa en Murcia. Costumbres, Romancero, Esculturas y Escultores, Cantos populares, Folk-lore”, por PEDRO DÍAZ CASOU, con Música de los Maestros D. ANTONIO LÓPEZ ALMAGRO, Profesor numerario de la Escuela Nacional de Música, y D. MARIANO GARCÍA LÓPEZ. Maestro de la Capilla de la Catedral de Murcia, y Fototipias de Hauser y Menet.- Madrid: Imprenta de Fortanet, calle de la Libertad, num. 29.- 1879, pags. 167-168 y nota 3.

(3) Lo es seguramente el meritísimo murciano, Excmo. Señor D. Mariano Vergara y Pérez de Aranda. Durante el tiempo que lleva de mayordomo y que no es mucho, ha costeado:
Túnica para Jesús… 5.000 pesetas
Corona… 3.000 pesetas
Espada para San Pedro… 75 pesetas
Cáliz cincelado… 500 pesetas
Trono para el paso… 2.000 pesetas
Flores, restauraciones de paso y capilla… 2400 pesetas
Total 12.975 pesetas

Y todavía piensa acometer nuevas y costosas mejoras.
(Nota de Díaz Casou)

Etiquetas: ilustres historia

Murcia me gusta. Ciudad clara de colores calientes, de piedras tostadas, color de cacahuete tostado. Y notas deliciosas de luz, las calles estrechas y sin aceras, las “veredicas del cielo”, las tiendas de los artesanos, el esparto y la cuerda. Y ahora en el crepúsculo, una luz maravillosa.

Jorge Guillen

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