El dulce tintineo sostenido
cesa al toque pétreo de madera,
cincelando como cada primavera
la procesión de Cristo, compungido.
Murcia me gusta. Ciudad clara de colores calientes, de piedras tostadas, color de cacahuete tostado. Y notas deliciosas de luz, las calles estrechas y sin aceras, las “veredicas del cielo”, las tiendas de los artesanos, el esparto y la cuerda. Y ahora en el crepúsculo, una luz maravillosa.
© LovingMurcia. 2018