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Francisco Salzillo

Francisco Salzillo Alcaraz nació en Murcia el 12 de mayo de 1707. Hijo de Isabel Alcaraz y Nicolás Salzillo, que fue un escultor italiano afincado en Murcia procedente de la ciudad italiana de Capua. Francisco Salziillo cursó sus estudios entre diversas órdenes religiosas establecidas en la ciudad. Además de aquella educación que recibió de Jesuitas y Dominicos, fue creciendo entre las herramientas del taller de su padre. Sus primeros conocimientos de pintura los recibió de parte del religioso Manuel Cuenca. Muy joven, tiene que hacerse cargo del taller escultórico de su padre a la muerte de éste en 1727, cuando Francisco contaba con tan sólo veinte años.

Francisco era el segundo de siete hermanos, algunos de los cuales trabajarían también en el taller familiar, concretamente José Antonio y Patricio, nacidos en 1710 y 1722 respectivamente. En 1745 contrajo matrimonio con Juana Vallejo. Fruto de este enlace nacieron dos hijos: Nicolás, fallecido al año de nacer; y María Fulgencia.
Salzillo, como escultor, creó Escuela (la llamada Escuela Murciana de Escultura), que trascendió a su época y que ha permanecido vigente hasta nuestros días, pues tanto sus primeros seguidores, como los que se han ido sucediendo hasta la fecha han perpetuado los modelos y tipos iconográficos y estilísticos de Francisco Salzillo.

Al margen de su labor escultórica, fue "Inspector de la Inquisición de pinturas y esculturas religiosas en el distrito de Murcia", y en 1755 fue distinguido por el Ayuntamiento de Murcia con el título de "Escultor y Modelista de la Ciudad". A la muerte de su esposa, en 1763, fundó una Academia particular. Tras la creación de la "Sociedad Económica de Amigos del País" en 1777, dos años después, el 6 de diciembre de 1779 se fundó la "Escuela Patriótica de Dibujo", de la que Salzillo fue el primer Director.
Toda la vida de Francisco Salzillo tiene lugar en Murcia, donde se hace con un nombre y una fama que trascienden lo meramente artístico. Sólo se le reconoce un viaje fuera de la ciudad de Murcia, el que realizó a Cartagena para la entrega de las imágenes de los Cuatro Santos en 1755.
El insigne escultor falleció en Murcia el 2 de marzo de 1783 y fue enterrado, según su propio deseo, en el convento de las Madres Capuchinas.


OBRA

Francisco Salzillo trabajó exclusivamente la temática religiosa, y casi siempre en madera policromada. Realizó centenares de piezas que se distribuyen fundamentalmente por toda la Región de Murcia y algunas provincias limítrofes. Desgraciadamente, la Guerra Civil española, fue marco de la destrucción de muchas de las obras de Salzillo.

Obra religiosa no procesional
Su extensa producción tiene hitos destacados, entre los que habría que señalar:
Sagrada Familia. Iglesia de San Miguel (Murcia)
San Antón. Ermita de San Antón (Murcia)
Virgen de la Leche. Iglesia Catedral (Murcia)
San Jerónimo Penitente. Iglesia Catedral (Murcia)
San Andrés. Iglesia de San Andrés (Murcia)
San Roque. Iglesia de San Andrés (Murcia)
Inmaculada Concepción. Iglesia del Carmen (Murcia)
Santa Rosalía de Palermo. Iglesia de Santa Eulalia (Murcia)
Sagrada Familia. Orihuela (Alicante)
San Isidoro, San Fulgencio, San Leandro, Santa Florentina. Iglesia de Santa María de Gracia (Cartagena)
Niño Jesús entre los doctores. Convento de las Clarisas (Lorca)


Obra procesional
Muchas Cofradías disponen de obras de Salzillo. Sin embargo serían dos las que atesorarían el mayor número de ellas: la Real y Muy Ilustre Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno en Murcia y la del Prendimiento (Cofradía California) en Cartagena.De todas ellas podriamos destacar las siguientes:
1731. Santísima Virgen Dolorosa. Iglesia de Santa Catalina. Murcia.
1740. Santísima Virgen de las Angustias. Iglesia de San Bartolomé. Murcia.
1750. Santísima Virgen del Primer Dolor. Cofradía California. Cartagena. Destruida en 1936.
1751. San Juan Evangelista. Cofradía California. Cartagena. Destruido en 1936.
1752. San Juan Evangelista. Cofradía Marraja. Desaparecido en 1936.
1752. Grupo de la Caída. Cofradía de Jesús. Murcia.
1754. La Oración en el Huerto. Cofradía de Jesús. Murcia.
1755. Santísimo Cristo de la Columna. Jumilla (Murcia).
1755. Santa Mujer Verónica. Cofradía de Jesús. Murcia.
1755. Dolorosa. Cofradía de Jesús. Murcia.
1755. Santísimo Cristo de la Esperanza. Iglesia de San Pedro. Murcia.
1756. San Juan Evangelista. Cofradía de Jesús. Murcia.
1759. Oración del Huerto. Cofradía California. Cartagena. Destruido en parte en 1936. Se conservan los durmientes.
1761. Beso de Judas. Cofradía California. Cartagena. Destruido en 1936. Se conserva la imagen de Malco.
1762. Santa Cena. Cofradía de Jesús. Murcia.
1763. Prendimiento. Cofradía de Jesús. Murcia.
1766. Cristo del Prendimiento. Cofradía California. Cartagena. Destruido en 1936.
1773. Conversión de la Samaritana. Cofradía California. Cartagena. Destruido en 1936.
1774. Santísimo Cristo de la Agonía. Orihuela (Alicante).
1776. Dolorosa. Convento de Franciscanos. Albacete.
1778. Grupo de los Azotes. Cofradía de Jesús. Murcia.
1780. Negación de San Pedro. Iglesia de San Pedro. Murcia.
Santísima Virgen de las Angustias. Yecla (Murcia).
Santísima Virgen de los Dolores. Dolores (Alicante).
Nuestro Padre Jesús Nazareno. Huercal-Overa (Almería).
Santísima Virgen de los Dolores. Tobarra (Albacete)
Los Azotes. Santuario del Rosario. Hellín (Albacete)

El Belén
Realizado a partir de 1776 por encargo de Jesualdo Riquelme y Fontes, y al ser una obra tardía, fue culminado por el principal de sus discípulos, Roque López. El belén es una de las obras más representativas de Francisco Salzillo. Está compuesto por 556 figuras realizadas en barro cocido, madera y cartón. Salzillo va relatando la historia bíblica del Nacimiento de Cristo, desde la Anunciación a la Huída a Egipto, compaginando las escenas religiosas con otras de carácter popular o costumbrista, siendo fiel reflejo de muchas de las tradiciones de la época. Basado en origen, en la tradición del Pesebre napolitano, crearía una auténtica escuela del belenes que perdura en Murcia hasta nuestros días.

Etiquetas: ilustres escultura

Murcia me gusta. Ciudad clara de colores calientes, de piedras tostadas, color de cacahuete tostado. Y notas deliciosas de luz, las calles estrechas y sin aceras, las “veredicas del cielo”, las tiendas de los artesanos, el esparto y la cuerda. Y ahora en el crepúsculo, una luz maravillosa.

Jorge Guillen

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